lunes, 23 de enero de 2012
Temple al huevo
TITULO: DESPUÉS DE LA TORMENTA
El temple:
Se conoce como pintura al temple la que se emplea como aglutinante una emulsión.
Una emulsión es una mezcla de agua con sustancias oleaginosas insolubles en ella que, divididas en pequeñísimas partículas quedan en suspensión en dicho líquido. Por tanto, en una emulsión el agua se mezcla íntimamente con sustancias como, el huevo, la caseina, el aceite, las gomas, las colas ó las resinas quedando en suspensión el ingrediente oleaginoso en finas gotas en el líquido acuoso.
Cuando el agua se evapora la mezvla se seca rápidamente dejando una capa fina y dura, muy durarera, aunque no muy flexible.
Hasta el descubrimiento del óleo, toda la pintura de caballete se realizaba aplicando temple sobre tablas de madera. Cuando el óleo gano fama, el temple quedó relegado a funciones de prepintado, y los trabajos eran cubiertos con pintura al óleo. Ademas como el temple debe aplicarse sobre un soporte sólido, esta práctica se fue extinguiendo de manera gradual al tiempo que el lienzo se convertía en el soporte más popular.
Como diluyente se emplea agua ó el mismo aglutinante.
El temple al huevo
Los puristas sostienen que la yema de un huevo constituye la única auténtica emulsión del temple.
Hasta el siglo XV, era el método habitual de la pintura de tabla eur una europea. La yema de huevo proporciona una emulsión natural, que mezclada con los pigmentos y el agua destilada es un medio pictórico muy adecuado.
Tradicionalmente esta pintura ha sido utilizada en trabajos que se elaboran despacio y cuidadosamente. No se presta a los estilos pictóricos espontáneos o en los que la pintura se trabaja espesa sobre el soporte. Generalmente los colores se aplican sobre tablas rígidas recubiertas con gesso blanco absorvente, con un pincel redondo de marta o de nailon aplicando rayitas finas y delgadas.
Preparación y practica del temple al huevo
El temple se aplica sobre la superficie mezclado con algo de agua para obtener la consistencia adecuada. La intención es producir un trazo uniforme y translúcido. Si se sobrecarga el pincel se producirá una película opaca y pastosa, como si se hubiera usado gouache y no tendrá el efecto característico del temple. Ademas si se utiliza poco agua y mucha pasta corre el peligro de desprenderse y resquebrajarse.
Soportes e imprimaciones
Un soporte rígido como una tabla de madera es el más adecuado para pintar con esta técnica. Las tablas pueden ser de madera curada, de contrachapado, de tablex, de aglomerado ó bien el lienzo pegado sobre la propia tabla. Precisamente la flata de flexibilidad del soporte, hace que en el Renacimiento poco a poco se abandone esta técnica a favor del óleo sobre lienzo.
Antes de aplicar la base el soporte debe ser encolado con cola de conejo. Aplicamos por ambas caras de la tabla una buena capa de cola. De este modo reduciremos el posible alabeo de la tabla. A continuación aplicamos la base de gesso. Después de que se haya secado por completo la última capa de gesso, se le da a la tabla un acabado perfectamente liso, lijándola con lija fina.
Finalmente se frota con una muñequilla húmeda para obtener la perfección marfileña definitiva y eliminar las rayas.
La técnica en la historia
En el Renacimiento es la única técnica que se utiliza. La perfección inicial de la técnica la logra Giotto y la culminación y grado de desarrollo máximo lo representa Botticelli.
Giovanni Bellini es un caso ejemplar de lo que ocurre con la carrera profesional de casi todos los pintores de la época: Comienza a pintar con temple y termina pintando al óleo.
Un estado de transición siguió a la técnica de la yema pura, introduciendose en el proceso materiales oleosos o resinosos, apareciendo pintruas al temple de brillo resplandeciente como las de Antonello da Mssina y los pintores flamencos del siglo XV.
Con la aparición del óleo las antiguas técnicas del temple cayeron en desuso hasta que resucitaron en un pasado reciente.
Temple graso de huevo
Ya hemos visto como los puristas señalan que el auténtico temple es solo mezcla de yema de huevo y agua, tuvo su apogeo durante los siglos XIII y XIV. Pero durante el siglo XV aparecieron emulsiones de huevo con aceite que proporcionaban un acabado mas brillante. Paulatinamente los artistas experimentaron con distintos ingredientes.
Estos temples poseen cualidades intermedias entre el óleo y el temple magro. Tienen un acabado más duro y su tiempo de secado es más lento, lo que permite una mayor manipulación de la pintura, siendo, además más practicable.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario